ALONSO SE JUEGA EL MUNDIAL ENTRE CÁBALAS

A cinco días vista de la resolución del Mundial de Fórmula Uno, la atención del aficionado español se dispersan entre los rumores de la vuelta de Alonso a Renault y las opciones del asturiano de obrar el milagro y hacer efectivo el tricampeonato. Sobre lo último, poco queda por decir antes de que la carpa brasileña abra las puertas de la última función del año en el Gran Circo. Ganar y que Hamilton acabe tercero es la opción más viable de todas las que se manejan, ya que de no subir Alonso a lo más alto del cajón en el circuito de Interlagos, necesitaría que Hamilton finalizara en sexta posición, algo improbable. Pero ojo a Raikonnen, el gran tapado, capaz de lo mejor y de lo peor, sobre todo si la inestabilidad meteorológica de Japón y China se repite en terreno sudamericano. 'Ice Man' tiene la llave del Campeonato, pues de su colaboración requiere Alonso para desbancar in extremis a su rival y compañero de equipo.

Aunque no por mucho tiempo. El divorcio del ovetense con la escudería anglo-germana es una evidencia, de hecho las relaciones con Dennis se reducen a la nada. Por tanto, buscar un nuevo equipo se antoja tan importante como renovar el entorchado mundial. Renault parece la alternativa más viable, sobre todo como opción puente hasta que Ferrari libre un monoplaza, aunque la renovación de Massa hasta 2010 apunta a la extinción del contrato de Raikonnen en 2 años como única solución posible, ya que una nueva pelea de líderes dejaría la manada de Maranello en idéntico conflicto al que sufre McLaren actualmente. Briatore es el padre deportivo de 'El Nano' y así lo ha demostrado con continuos guiños y alabanzas, pero el monoplaza ha perdido su posición de privilegio sin su gran mentor en 2005 y 2006.

Por su parte, Toyota parece haber puesto mucho dinero sobre la mesa, pero su monoplaza carece de fiabilidad por completo. El aliciente de una gran inversión en el próximo año es un reto escaso para el, por el momento, bicampeón, que en caso de firmar por la casa japonesa necesitaría como mínimo un año de puesta a punto para ser competitivo. La última opción es continuar con el monoplaza actual hasta la extinción de la relación contractual con las flechas plateadas. Sólo la problemática que podría presentar el BSCH, presente en Gran Bretaña con la adquisición de Abbey -por lo que la relación Alonso-McLaren resulta vital para la política de expansión del patrocinador español- sería motivo de permanencia, aunque la imagen de villano que del piloto español ha generado la prensa británica no conviene en absoluto a la entidad bancaria.

Y por si fuera poco, los fantasmas sobre el enésimo error de los mecánicos o algún fallo de cálculo en la estrategia se ciernen sobre la mente de todo el mundo, incluida la FIA, que anunció especial vigilancia sobre las órdenes de equipo, en pos del fair play. A buen seguro Alonso lanzará un órdago a Hamilton en carrera si compiten en igualdad de condiciones, pero tanta cábala podría perjudicar al español antes incluso de que se apaguen los semáforos.